En el Alto Karabaj, la OTAN apoya a Turquía pero busca eliminar a Erdogan. Y el mundo tambalea al borde una nueva Guerra Mundial
Se negoció por 6 horas un alto el fuego, pero este duró… 5 minutos. A las 12:05 horas, Azerbaiyán arremetía nuevamente contra la ciudad de Hadrut. Según la parte armenia, Azerbaiyán bombardeó entonces la ciudad de Kaplan, en territorio de la República de Armenia. Si esto quedara demostrado, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) debería intervenir en defensa de la República de Armenia. Rusia debería demostrar la implicación de Turquía –implicación de la que nadie duda– para poner a la OTAN en un dilema: apoyar a Turquía –y desatar la Tercera Guerra Mundial– o sacar a Ankara de la alianza atlántica.
Estados Unidos, del racismo al racismo igualitario
Las reacciones ante el asesinato del ciudadano negro George Floyd a manos de un policía blanco no tienen nada que ver con la historia del esclavismo en Estados Unidos sino más bien –al igual que la oposición del establishment contra el presidente Trump– con un problema de fondo de la cultura anglosajona: el fanatismo puritano. Para entender los acontecimientos actuales en Estados Unidos es importante recordar la extrema violencia interna que sacudió ese país durante las dos guerras civiles estadounidenses: la Guerra de Independencia y la Guerra de Secesión. Pero, ¡cuidado! Lo que la clase política estadounidense predica ahora es un racismo igualitario. Dicho de otra manera: todos iguales… pero separados.
Después de Siria, ¿quién será el nuevo objetivo?
Los acontecimientos que se han desarrollado en el «Medio Oriente ampliado» desde el año 2001 corresponden a una lógica implacable. La cuestión actual es saber si ha llegado el momento de desatar una nueva guerra en Turquía o en Arabia Saudita. La respuesta depende sobre todo de la reactivación de las hostilidades en Libia. Es en ese contexto que debe interpretarse el Protocolo Adicional que los presidentes Erdogan y Putin acaban de negociar para resolver la crisis de Idlib.
Revelaciones sobre los atentados de 2004 y 2017 en España
Las recientes revelaciones sobre los atentados cometidos en 2017 en las ciudades catalanas de Barcelona y Cambrils plantean exactamente las mismas interrogantes que las anteriores –sobre el atentado de 2004 en Madrid. Y son las mismas interrogantes que se han planteado antes en otros países y sobre otros atentados. ¿Por qué siempre resulta, en todas partes, que los terroristas islamistas tienen relaciones con la OTAN?
¿Pueden Venezuela y sus vecinos sobrevivir a la guerra que ya se anuncia?
Para poder enfrentar la crisis que desestabiliza Venezuela, al igual que las que comienzan en Nicaragua y Haití, es necesario analizarla. Thierry Meyssan retoma en este artículo las tres hipótesis que tratan de interpretarla y expone argumentos en favor de una de ellas. También se refiere a la estrategia de Estados Unidos y a la manera de afrontarla.
Si mi análisis es correcto –y por ahora todo parece indicar que sí lo es– hay que prepararse para una guerra, no sólo en Venezuela sino en toda la Cuenca del Caribe. Nicaragua y Haití también están desestabilizados.
¿Donald Trump ha sido obligado a renunciar?
¿Ha renunciado el presidente Donald Trump a cambiar la política estadounidense? ¿Se ha sometido a la antigua clase dirigente de su país? Durante los dos últimos meses, su administración parece haber redefinido los objetivos del AfriCom, del CentCom y del SouthCom. El primero parece haber sido autorizado a luchar contra los proyectos chinos en África, el segundo se dedicaría ahora a exacerbar la división entre árabes y persas en el Gran Medio Oriente y el tercero a iniciar la destrucción de las estructuras de los Estados en los países de la Cuenca del Caribe. Esas nuevas misiones se acompañan ahora con un regreso de los neoconservadores.
Estados Unidos crea condiciones para invadir Venezuela
Es posible que Juan Guaidó crea realmente que puede resolver la crisis y servir a su país autoproclamándose presidente interino. En realidad es lo contrario. Su autoproclamación creará una situación que será asimilada a una guerra civil. Guaidó, o sus sucesores, pedirán ayuda a Brasil, Guyana y Colombia, que desplegarán fuerzas “de paz” con apoyo de Israel, Reino Unido y Estados Unidos. La violencia continuará hasta que ciudades enteras estén en ruinas.
La terrible destrucción que se planea para la «Cuenca del Caribe»
En momentos en que el presidente Trump ha anunciado la retirada de las tropas estadounidenses desplegadas en el «Medio Oriente ampliado», el Pentágono sigue adelante con la aplicación del plan Rumsfeld-Cebrowski. Ahora se trata de destruir los Estados en los países de la «Cuenca del Caribe». Pero el objetivo ya no es el mismo que en los años 1970, cuando Washington se esforzaba por derrocar los gobiernos que se acercaban a la Unión Soviética. Ahora se trata de destruir los Estados en los países de esa región, sin importar que sean amigos o adversarios políticos de Estados Unidos.
Estados Unidos prepara una guerra entre latinoamericanos
Los partidarios de la doctrina Cebrowski van moviendo sus peones. Si se ven obligados a renunciar a sus guerras en el Medio Oriente ampliado, las llevarán a la Cuenca del Caribe. El Pentágono está planificando el asesinato de un jefe de Estado electo democráticamente, así como la ruina de su país, y está tratando de socavar la unidad de Latinoamérica.
Occidente devora a sus hijos
Al lanzarse a las calles, los franceses son el primer pueblo del mundo occidental que se decide a correr riesgos físicos para oponerse a la globalización financiera, estima Thierry Meyssan. Aunque no tengan conciencia de ello y sigan creyendo que sus problemas son de naturaleza exclusivamente nacional, el enemigo de los franceses es el mismo que ha ensangrentado la región africana de los Grandes Lagos y parte del Gran Medio Oriente. Occidente atraviesa una crisis existencial y sólo lograrán sobrevivir a ella los pueblos que comprendan la lógica que los destruye y la rechacen.