[Los chavs nos hacen recordar a eso que algunos chilenos llaman, despectivamente  “fachos pobres”]
El desmantelamiento industrial de la era thatcheriana y la ofensiva contra los sindicatos supusieron la destrucción moral de la clase obrera británica. Lo que surge del vacío dejado es una masa humana desestructurada cuyo rostro son los “chavs”(del romaní chavi: chico): jóvenes de empleos precarios, adictos al consumismo de las marcas y huérfanos de cualquier ideología. En nuevas vueltas de tuerca, estos parias van a ser exprimidos cada vez más. El primer capítulo arranca con las sucias campañas de prensa que aprovechan la delincuencia de los guetos blancos para crear una imagen de holgazanería y parásitos degenerados que justifica los recortes de ayudas sociales. Se oyen en el libro las voces de articulistas y políticos que defienden estas posturas. Se da el caso además de que en este momento apenas existen periodistas de origen obrero, debido al elitismo de las escuelas de periodismo. Lo mismo ocurre en el Parlamento.