Estimado Papa Francisco, nuestros pueblos sufren las duras consecuencias de la dictadura económica del capitalismo internacional, sobre las cuales usted tantas veces ha advertido a la humanidad. En nuestros territorios hemos experimentado el daño que le estamos provocando a nuestra madre la Tierra, la destrucción incontenible e irracional de la Casa Común. Le agradecemos la valentía e insistencia en señalar el actual sistema económico como el más destructor que haya conocido la humanidad.