Los tecnócratas –que se dicen dueños del conocimiento- quieren cambiar algo para que nada cambie, pero los demócratas, sueñan con imponer una democracia participativa, a través de una profunda reforma política que barra con las barreras de acceso para los partidos y los movimientos sociales, haciendo trizas la legislación de criminalización de la protesta que aún rige en el Perú.