Tenemos que ser capaces de modificar el sistema político para que promocione a individuos preparados e íntegros como nuestros dirigentes; necesitamos aprender de las lecciones de incendios, tsunamis y aluviones; tenemos que poder congeniar las necesidades del progreso material con el respeto medioambiental y de las comunidades vecinas; tiene que ser posible integrarnos en forma respetuosa y armónica con nuestros pueblos autóctonos; debemos lograr proteger y aprovechar los potenciales patrimoniales, culturales e históricos de nuestras ciudades como lo han hechos tantos otros países.