Hasta ahora todos los fondos de ayuda, mal planificados y muy mal repartidos, existen como producto del aporte de todos los chilenos vía impuestos, es decir, de los más pobres quienes, a través del IVA versan el 50% de la reserva fiscal, lo cual significa que los pobres terminan pagando el subsidio de cesantía, la canasta de alimentos, (con foto del Presidente Piñera incluida), el bono y el préstamo a las capas medias, el Ingreso Familiar de Emergencia, (IFE), la garantía estatal a los créditos bancarios a las pequeñas y medianas, que terminan favoreciendo a las grandes empresas…