Mientras las fuerzas conservadoras despolitizan la escandalosa desigualdad entre hombres y mujeres e incluso entre las mujeres de diferentes países del planeta alegando cuestiones “culturales o religiosas” (¡y por ende, “respetable”!), los principales motivos de la discriminación de la mujer en esta aldea global son los mismos aunque se manifiesten de formas distintas. El capitalismo, las guerras de rapiña, los fundamentalismos religiosos (una de las caretas del fascismo) además del carcomido sistema patriarcal que azota hasta a las reinas han destrozado los logros de la mujer y sus derechos más básicos.