Un socialismo de mercado. Esta fue una apelación para calificar las reformas económicas emprendidas en los años 60 del pasado siglo, que propiciaron una amplia introducción de mecanismos de mercado en países como Yugoslavia, Hungría y también en la URSS con la Perestroika. Esas reformas suponían que el mercado en su actuación no era para nada contradictorio con el socialismo, por lo que se amplió cada vez más la presencia de esos mecanismos para hacer más “eficiente” la gestión económica, sin tomar en cuenta la connotación social de los mismos y sin monitorear y compensar sus efectos perversos. La historia demostró que del socialismo de mercado quedó solo el mercado sin socialismo.