El presidencialismo chileno  1938-1973  pudo funcionar en un sistema de doble minoría: el  Presidente podía ser elegido por el 38% y, además, tener un tercio en el Congreso, y el veto presidencial  solucionaba el hecho de ser minoritario en ambas Cámaras. En esa época el centro político tuvo dos representaciones: el Partido Radical, que encabezó tres gobiernos continuos, y su carácter de Partido de patronazgo le permitía pactar con la izquierda y la derecha; Gabriel González Videla, por ejemplo, gobernó con la inclusión de todos los partidos políticos en distintos gabinetes.