¡“Antisemita”, “conspirador”, “amigo de dictadores”, “rojo-pardo”, “dado a confundir”! Numerosos periodistas y escritores que critican a Estados Unidos o Israel son víctimas de estas graves acusaciones que se replican interminablemente en internet. Entonces, es posible que os digáis: “No hay humo sin fuego; algo de qué reprocharse debe de tener este autor. Prefiero no leerlo o no escucharlo”.