Dijo que los alcances de este robo equivalían a 600 pipas diarias (NdR: Una Pipa es un camión-estanque para 15.000 litros), lo que redundaba en que el monto de recurso robados a la nación representaba “el presupuesto anual de la UNAM, o bien el 60 por ciento de lo que se va a dirigir a las pensiones de adultos mayores; o 60 veces más lo que se va a destinar a la creación de 100 universidades”. El valor del fraude es tan gigantesco que con el dinero así robado en 3 años, se puede financiar la construcción completa de una refinería de petróleo.