“Me dijeron que me desvistiera y yo me resistí. Ahí empezaron los golpes en la cabeza para no dejar huellas. Se empezaron a reír, a atacarme a nivel psicológico, me rompieron la camisa y la chaqueta […]»
“Después de que me siguiera negando continuaron con los golpes. Me pusieron de espalda, me sacaron el cinturón en el forcejeo y me bajaron los pantalones. Ahí empezaron los gritos y las mofas durante una media hora. Me decían: ‘No te gusta ser presidente conchetumadre‘”, cuenta el estudiante.