El ‘proyet-to’ de Luis Casado
No se crea que mi iniciativa, la de autoproclamarme Rey de La Araucanía y el resto, fue inspirada por un tal Juan Guaidós, un tipo sin capacidad de innovación ni ambiciones de grandeza: mira que pretender ponerse a la cabeza de un país que los EEUU no quisieran ni de regalo. Lo que les interesa es el petróleo, el país puede irse a la mierda.
Mi sueño monárquico está enraizado en mi niñez, durante la cual frecuenté la Corte de innumerables soberanos: El Rey del Pescado Frito, El Rey del Mote con Huesillos, El Rey del Pebre Cuchareado, El Rey de las Patitas de Chancho con Ají y aun otros, sin olvidar que más de alguna contrincante en plan cómeme perro me obligó a pasearme hasta altas horas de la noche por La Reina.