La libertad y la ciudadanía republicanas son incompatibles con las relaciones de dominación y la dependencia material. La desigualdad resultante de la constitución de poderes económicos, atenta contra la libertad y la democracia. De la misma manera, la soberanía de un Estado es incompatible con la dependencia económica de poderes extranjeros. Sin el uso autónomo de sus recursos naturales para el desarrollo nacional, no hay ejercicio pleno de su soberanía.