Juan Guaidó, el devaluado títere de la táctica de agresión imperial contra Venezuela, finalmente llegó al país y entró por el aeropuerto de Maiquetía como uno más en el montón. Claro que un grupo de sus fans lo recibió con grititos histéricos y algunos gestos amenazantes para quienes no coreaban junto a ellos el conocido slogan de la derecha continental del “sí se puede”.