En Chile del 2014, un simple trabajador, un obrero, un conductor de autobuses, un dirigente sindical llevado al límite de lo que un ser humano puede soportar en humillaciones, en malos tratos, en abusos, en vejaciones, en desconsideración y en amenazas, se inmola, se quema a lo bonzo, como hizo Thich Quang Duc hace ya más de medio siglo en Vietnam y el hecho le importa un cuesco a nadie. Las portadas de los diarios, los llamados medios de información, prefieren informar sobre el desgarro de Gary Medel y la rodilla de Vidal.