«Es vergonzoso que los gobiernos repriman protestas pacíficas y fundadas, y al mismo tiempo violen tan impunemente leyes provinciales y nacionales. Es hora que el escándalo del Dakar salga de Jujuy hacia el resto del mundo, y que se vea cómo una competencia hecha para que jueguen a la aventura varios cientos de tontos, en su mayoría europeos, no solo destruye vidas inocentes, ambientes y yacimientos arqueológicos, sino que pisotea impunemente el derecho de las comunidades indígenas de Argentina. Todo en nombre de la diversión y el dinero».