En la actualidad los medios de comunicación, la clase política y distintos actores de la sociedad, ligados al poder, han instalado el tema de la seguridad y la delincuencia como un eje central de preocupación. Obviamente esto no es gratuito, responde a una demanda de mayor control ante la sensación de inseguridad que se ha instalado en la población. Asaltos, robos violentos y programas policiales se han tomado la agenda televisiva y de medios impresos y radiales. El pasado 1 de julio, un cacerolazo en el sector oriente de la capital (un sector acomodado) puso en la palestra un “tema país” ante, como han denominado los medios de masa y algunos parlamentarios, una “oleada de delincuencia”.