En estos momentos me encuentro en Ginebra recibiendo tratamiento médico especializado por el Dr. Laurent Subilia, de la Fundación Autonomía, para extraerme entre 35 y 40 perdigones causado por disparo policial dentro de mi comunidad. Mi delito fue portar un palo en la mano cuando detenían a mi madre, autoridad de la comunidad, la cual era maltratada con golpes e insultos racistas por la policía militarizada chilena.