El proyecto de ley de carrera docente, según ha planteado el Gobierno, busca asegurar la calidad de la formación inicial de los profesores; apoyar la inserción laboral de los “principiantes”; crear políticas de formación para el desarrollo profesional; crear un sistema de desarrollo profesional docente; y aumentar gradualmente las horas no lectivas. Sin embargo, la imagen de profesores y profesoras presionados por el cumplimiento de metas individuales para alcanzar un mejor salario y por tener que validarse constantemente para no ser expulsados del sistema escolar, constituye una percepción generalizada respecto a los efectos de este proyecto legal.