Definitivamente en este mundo personajes con serios problemas siquiátricos han llegado muy alto y muy lejos en su afán destructivo, iniciando con Nerón, pasando por Hitler y continuando probablemente con Obama. Este planteamiento tiene serio fundamento científico pues va más allá de una simple opinión negativa, infundada, basada en el odio o la animadversión. Por el contrario, posee un fuerte componente científico que corrobora paso a paso la hipótesis que se plantea en esta columna.