En el siglo pasado había “precios fijados” para productos de todo tipo que eran determinados por burócratas, también, había burócratas que emitían licencias de exclusividad para importar productos. ¿Se imaginan hoy que las leches, los diferentes tipos de panes, las decenas de cremas, los cientos perfumes y cualquier otra cosa tuviese un “precio fijo” establecido por un organismo central? Sin embargo, aún hay un precio clave de la economía de las personas y de las empresas fijado por burócratas y que es el precio del dinero, por medio de: la tasa de interés monetaria. Por años un grupo de burócratas ha estado a cargo de fijar el precio del dinero a través de la TPM (tasa de política monetaria).