El Grupo de los BRICS comienza a erigirse en un espacio geoeconómico importante, capaz de poner en jaque las reglas del juego destinadas a garantizar y potenciar la hegemonía económica de Estados Unidos. En su crítica a instituciones financieras internacionales, como el FMI y el BID, se señala su pérdida de legitimidad y eficacia, y cuyos arreglos bajo la mesa han ido deteriorando el multilateralismo.