La edificación de la primera planta termosolar de América Latina, una torre de 250 metros de altura, comenzó en Antofagasta, región del norte de Chile, un proyecto energético. La torre captará el reflejo de los espejos para almacenarlo en un sistema de tanques llenos de sales fusionadas, compuesto que luego será utilizado para calentar agua, producir vapor, y con él mover una turbina encargada de generar la energía eléctrica.