Las impresionantes revelaciones de latrocinios cometidos no sólo por los altos mandos de Carabineros sino de todas las instituciones de las Fuerzas Armadas y de la Policía de Investigaciones de nuestro país, por graves que sean no parecen quitarle el sueño a los responsables de la marcha del Estado ni mucho menos les lleva a pensar con seriedad y patriotismo en cambios reales, de fondo, respecto de estos organismos estatales más allá del justo castigo a los culpables.