¿Qué otra cosa hizo el Presidente François Hollande en su alocución del sábado 14 de noviembre? Asumir y callar. Asumir que esto es una guerra pero dejando de lado la cuestión de quiénes y cuándo la declararon, de quiénes y cuándo se hicieron cargo de condenar a la inseguridad perpetua a las poblaciones civiles de distintos territorios. ¿Qué tipo de lógica sostiene el nuevo ataque a Siria? La aberración que constituye este nuevo bombardeo que prolonga la cadena de muertes inocentes. Víctimas que –ya lo sabemos– no son todas iguales. Definitivamente no lo son y, de alguna manera, Orwell también nos permitió pensar esto: todos los muertos son iguales pero algunos son más iguales que otros.