Lota fue históricamente un bastión de la izquierda. La comuna enclavada en la costa de la Región del Biobío lleva la marca de los combativos mineros del carbón que exigieron mejores condiciones laborales durante todo el siglo XX. Pero eso ya es pasado. En la elección presidencial de 2017, el candidato ultraconservador José Antonio Kast obtuvo allí su mejor resultado nacional: 20,25% de los votos. La santa alianza de la derecha dura con los evangélicos que ya rinde frutos en Centroamérica y Brasil -con la elección de Jair Bolsonaro– tuvo en Chile su primer hito en Lota.