A pesar del entusiasmo y la esperanza que inicialmente despertaron el movimiento estudiantil y las movilizaciones regionales, estos no han logrado ni lograrán sus objetivos, por el simple hecho de que éstos forman parte de una problemática de mayor envergadura. Ningún objetivo parcial o menor puede ser alcanzado o solucionado de manera real y profunda, sin que haya sido logrado antes el objetivo genérico y fundamental, en este caso, la eliminación de la herencia constitucional de la dictadura. Las incoherencias y las falsedades de las reformas de Bachelet son una prueba tangible de ello.