Magnitudes mil millonarias destinadas a importar bienes básicos no son otorgadas a empresas de maletín, importaciones fantasmas y mafias monopólicas sin algún grado de connivencia. Un 40% de todo lo que el país importa o produce no se desvanece por las fronteras sin un grado de distracción sospechoso. Un enemigo interno favorece ambas industrias, las venas abiertas por las cuales se desangran Venezuela y el bolivarianismo.