Lo que desnudaron las elecciones estadunidenses es la fractura interna que vive la sociedad, el empobrecimiento de las mayorías y el enriquecimiento obsceno del 1%. A quienes tenían dudas de que ha nacido una nueva derecha, el triunfo de Donald Trump debería convencerlos de lo contrario. La nueva derecha cuenta con amplio apoyo popular, sobre todo entre los trabajadores y las clases medias vapuleadas por la crisis de 2008 y los efectos de la globalización, como ya sucedió en Inglaterra con el Brexit. Estamos ante un mundo nuevo donde esta derecha machista y racista recoge la rabia de los millones perjudicados por el sistema.