Nacido el 12 de julio de 1904, está de cumpleaños este domingo.
Los antofagastinos, los iquiqueños, los pampinos, recordaremos siempre a este gran hombre que, siendo un gran poeta, supo reconocer en el hombre común su propio destino como ser humano. Su poesía sigue entre nosotros, total y planetaria, eterna, porque las nuevas generaciones seguirán cantando -con ella- al amor, al hombre y a sus luchas. Él lo dijo, proféticamente, al final de su Oda a la poesía: “como si el tiempo/ que poco a poco me convierte en tierra/ fuera a dejar corriendo eternamente/ las aguas de mi canto.