La violencia con que Carabineros está reprimiendo las manifestaciones sociales es vergonzosa y preocupante, son acciones de una organización policial-militar que no es coherente con los principios básicos de un sistema democrático. Que demuestra además, la incapacidad del gobierno para responder a la seguridad ciudadana sin la militarización de la misma, sin criminalizar la movilización social, insistiendo en que ésta es producto de la acción de vándalos y delincuentes.