La campaña presidencial reciente, según lo observado, se asemeja a un mercado competitivo, donde los clientes son los votantes y donde los candidatos serían los productos (servicios) de este mercado. En la primera vuelta se presentaron 8 diferentes productos en competencia y se suponía que habría algo más de seis millones de consumidores potenciales, de un total de más de 14 millones registrados.