«La verdad es que más que un museo  -que como tal busca hacer comprensibles las cosas y en el cual siempre debe imperar un sentido responsable y serio de la historia- se trata de un montaje, cuyo propósito que, sin duda logra, es impactar al espectador dejarlo atónito, impedirle razonar. Es una manipulación de la historia usada por quienes manejan el presente a fin de controlar el futuro, tal como Orwell decía. Es un uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional que a tantos no tocó tan dura y directamente».