«Ese pavor a indisponer a Marruecos explica, entre otras muchas cosas, la doble vara de medir del Ejecutivo socialista, y también del PP, en relación a su defensa de los derechos humanos más allá de las fronteras de España. Hasta el 20 de enero el número de presos políticos, cerca de 500, según dos ONG locales, era muy superior en Marruecos al de Venezuela —273 según el Foro Penal Venezolano—. La gran mayoría de los marroquíes encarcelados no son islamistas, sino jóvenes activistas rifeños víctimas de la represión que padece la región desde mayo de 2017.»