«Todos tendremos que adaptarnos a una nueva forma de vivir, trabajar y relacionarnos. Pero como con todo cambio, habrá algunos que perderán más que la mayoría, y probablemente serán los que ya han perdido demasiado», asevera el autor del artículo, al tiempo que expresa la esperanza de que esta crisis «obligue a los países, en particular a EE.UU., a corregir las enormes desigualdades sociales» que hacen tan vulnerables a grandes franjas de su población.