Una vez más elevamos nuestra voz con fundamento, experiencia y bronca, ante la constante negación de todos los gobiernos, a enfrentar al pueblo que exige el cumplimiento de leyes vigentes, que exige ser partícipe de las decisiones que atañen a su territorio, a su presente y su futuro, que exige sean reconocidos los recursos humanos y culturales preexistentes al extractivismo.