El presidente Maduro mantiene el mérito inaugurado por Chávez de convocar a la gente a las calles para defender al gobierno y las conquistas contra el golpismo de la Operación Jericó. Bien. Pero ese mérito político tendrá corto vuelo, si no es acompañado por un “golpe de timón” (al estilo de Chávez), para reorientar la estrategia política, la económica y la propagandística y reconquistar a las vanguardias y masas que se están perdiendo.