La impactante realidad, en el caso de Chile, es que a 43 años del golpe militar y a 26 años de la derrota de la dictadura, las consecuencias de los cambios estructurales aún se mantienen y perduran. Es indignante y vergonzoso constatar que todas las leyes fundamentales que rigen el sistema económico, político, social y cultural del país fueron impuestas por la dictadura cívico-militar.