Aunque cálida con sus amistades, Mercedes decidió que no quería ser una figura pública que hablara constantemente en los medios sobre su esposo o su vida familiar, y por eso la mayoría de lo que se sabe de ella fue a través de las palabras de su marido. Pero ningún hombre de letras puede dedicarse a la literatura sin una comunidad íntima que lo sostenga. Con su partida, Mercedes recuerda que hoy no existirían Cien años de soledad ni El amor en los tiempos del cólera sin una mujer como ella.