Los sectores de la derecha chilena han tenido una posición más que ambigua respecto a la violación de los derechos humanos. La misma derecha que homenajea a Pinochet y a Mena, guarda silencio cuando aparece el rostro horrido de la tortura y la muerte. Recordemos que un personaje tan eficiente como execrable de esta industria del terror se encarnó en Osvaldo Romo Mena. A diferencia de las exequias del dictador al que sirvió, fue enterrado en la más patética soledad. Un personaje que fue capaz de defender de manera explícita y descarnada sus más crueles actuaciones, fue demasiado para la sensibilidad de sus patrones que prefieren los cómodos sillones del poder y la sonrisas pseudo democráticas.