Scorsese describe una sociedad sin valores espirituales y, desde ahora, sin redención posible. Todo se vende: la felicidad tiene su tarifa, las almas pagan IVA, el paraíso es forzosamente fiscal. Hace cuarenta años, Scorsese estrenaba Mean Streets, en la que declaraba que “pagas por tus pecados en la calle, no en la iglesia”. Hoy en día, cualquiera que sea el lugar, se paga, eso es todo. Dios cuenta sus dólares y el infierno, sin duda, son los otros (los que no tienen ni cinco).