Amy Goodman, de Democracy Now!, le preguntó a Wasserman cómo los electores que usaban máquinas de votación electrónicas podrían estar seguros de que sus preferencias eran registradas.  “No pueden”, respondió. “Usted no puede verificar un máquina que registra y cuenta votos emitidos electrónicamente… El propietario del software evita que el público consiga acceder al conteo real de votos”.