Lo cierto es que conscientes de su posible derrota en la segunda vuelta, los sectores empresariales esquivaron un apoyo explícito político y financiero al oficialista Araya. La Cámara del agro ( terratenientes locales y agroexportadoras transnacionales ) parece haber preferido una victoria de un moderado Solís, como alternativa verdadera para frenar -al menos por ahora – el manifiesto avance del Frente Amplio y sus compromisos de cambios más profundos y estructurales.