«Agarremos el tiempo»: así se podría traducir ese lema de las Panteras Negras, revolucionarios de los guetos afro-Usamericanos de la década de 1970. Su sentido: sepamos recoger el espíritu de nuestro tiempo, que es el de la revolución pendiente, aquí y ahora. En este entonces , desde mediados de la década de 1960, se cruzaban momentos que parecían verdaderamente revolucionarios, desde los grandes guetos de USA a la Universidad de Pekín, donde las Guardias Rojas ponían gorros de asnos a los mandarines y volvían a salir al asalto del cielo, pasando por las colonias portuguesas de África, Indochina y las metrópolis de una Europa dividida por un muro donde los pueblos luchaban contra tres dictaduras fascistas (España, Grecia, Portugal) y la juventud cuestionaba el autoritarismo patriarcal.