En un lapso menor de 10 años se produjeron en Ecuador tres grandes movilizaciones indígenas contra los gobiernos de turno que condujeron al derrocamiento de los presidentes, en todos los casos siguió gobernando la derecha.
2019 no ha sido la excepción, el movimiento indígena pone la movilización, pone el discurso, y lo que es peor, pone los muertos, heridos y desaparecidos para solo producir un cambio de la persona que ha estado gobernando. En esa perspectiva, algo ha ido mal.