Una forma de hablar, oír, pensar y representar el mundo desaparece para siempre cada quince días en nuestro planeta. En Chile no fue suficiente que el reconocimiento oficial para el uso y conservación de las lenguas autóctonas evitaran la extinción de cinco de ellas en menos de tres décadas. ¿Qué estamos haciendo como país para evitar la muerte de nuestras lenguas ancestrales? A pesar de los magros indicadores, aún estamos a tiempo para que el Aymará, el Quechua, el Rapa-Nui y el Mapundungún no se acallen para siempre.