A muchos académicos extranjeros […] sorprende que la independencia de Chile, a diferencia de todos los demás países latinoamericanos, se celebre un día en que los realistas declararon que el territorio chileno seguiría siendo una colonia gobernada por ellos en nombre del rey y de acuerdo a las leyes dictadas por el monarca para la colonia. Sí, lo repito, ¡por el rey de España!, el máximo representante de la explotación y pillaje imperial, la Inquisición, la opresión, la dependencia, la prohibición comercial y la esclavitud. Fue José Miguel Carrera, quien un año después de aquella ignominia, el 4 de septiembre de 1811, barrió por las armas con la “Junta de Gobierno” y sus huestes armadas, y declaró nuestra más total independencia.