… sé lo que se siente ver cómo una granada lacrimógena impacta en la cara de uno de tus compañeros; sé cuanto cala el dolor de ver a tus compañeras de 13, 16, 25 años, manoseadas por un carabinero; sé lo que es estar seis horas en una comisaría rodeado de Fuerzas Especiales que te dicen: “qué te pasa maricón, hazte el valiente ahora concha e’ tu madre, cabro culia’o”[…]
Honorable, a mí que soy un ignorante, coménteme qué sintió: ¿Es más fuerte que la nuestra la lacrimógena cubana? ¿Es más abortiva el agua de sus guanacos? ¿Lo amenazaron con desaparecerlo en la comisaría castrista? ¿Cojea por los lumazos en sus piernas? ¿Tiene moretones? ¿Le tocaron el culo?