Durante el siglo XX, las iglesias llamadas protestantes, que responden a distintas denominaciones y tendencias, penetraron poderosamente dentro del mundo popular compitiendo con la poderosa iglesia católica. Según un sociólogo, el protestantismo se constituyó en un refugio de las masas, que requerían soluciones más sencillas y maniqueas frente a su desamparo de los avatares de la vida.